El chavismo necesita una encerrona. Sería conveniente que los integrantes de la bancada revolucionaria y el alto gobierno se reúnan un fin de semana, lejos de las cámaras de VTV y sin “reporteros de Twitter”. Tal vez así puedan ponerse en la misma página y acordar una línea estratégica coherente para los tiempos que corren.
Dicho de manera explícita, cuando todavía no se han cumplido 20 días de la instalación de la Asamblea Nacional, el gobierno y su fracción han dado la impresión de no saber muy bien cómo manejarse en su nueva realidad de minoría parlamentaria. Tal vez sea solo eso, una impresión mía y de algunos amigos, pero la bancada de la Patria ha lucido reactiva y errática en momentos clave de la confrontación parlamentaria y mediática.
El primero de esos episodios fue la retirada el día de la instalación de la Cámara. Es posible que la protesta haya sido justificada, debido a la violación del Reglamento Interior y de Debates perpetrada por la oposición, pero en momentos de tanta expectación nacional también había que pensar en cómo sería percibida esa actitud por el gran público nacional. Era conveniente evaluar qué imagen se proyectaría al asumir tal postura. En este caso, salir del hemiciclo ante la primera arbitrariedad opositora fue la confirmación de que la bancada chavista no había asimilado plenamente su nueva condición política. Los hizo ver como el niño que pierde y se lleva la pelota para que nadie más juegue, con el agravante de que, en el nuevo cuadro legislativo, la oposición tiene su propia pelota.
El segundo momento destacado en el que –a mi juicio, y el de algunas personas con las que he conversado- la fracción bolivariana dio señales desconcertantes fue el rechazo, de última hora, a la comparecencia de los ministros y altos funcionarios de la economía.
En primer lugar, la decisión se tomó cuando ya todo estaba listo para realizar este acto político en el que los voceros oficiales iban a presentar sólidos argumentos a favor del decreto de Emergencia Nacional. Por más que uno quiera racionalizar y encontrar justificaciones, lució como matar el tigre y tenerle miedo al cuero, una actitud muy poco chavista.
La justificación de que se quiso evitar que la oposición montara un show mediático es muy débil, pues con razonamientos bien fundamentados y buenos oradores cualquier pretensión de manipulación puede quedar al descubierto. Además, ¿cuándo no ha estado la Revolución Bolivariana sometida a algún tipo de manipulación comunicacional?
Ver y oír a Héctor Rodríguez explicando el motivo de la inasistencia de los ministros fue algo difícil de tragar para muchos revolucionarios. El chavismo todavía recuerda como este importante cuadro, siendo entonces un muchachito, hizo frente a una de tantas conspiraciones mediáticas. Con valentía e inteligencia, Rodríguez y otros jóvenes lograron desmontar la farsa que había sido diseñada por una agencia de publicidad para convertir en héroes a un grupo de niños consentidos de la burguesía, en ese mismo escenario de la Asamblea Nacional, a propósito del fin de la concesión de RCTV. En su discurso los dejó mal parados, como unos cobardes que salieron pitando en lugar de debatir con los jóvenes revolucionarios. Esta vez, como jefe de la Bancada de la Patria, a Rodríguez le tocó un papel tristemente contrario. De pana y todo, como se dice por ahí.
(Clodovaldo Hernández / clodoher@yahoo.com)
Dijo MAO TSETUNG, HAY QUE IR CONTRA LOS RECALCITRANTES Y REVISIONISTAS.
ResponderEliminarMientras no se controlen el bachaqueo y la corrupción de los funcionarios de la seguridad... no se saldrá de ese laberinto o encrucijada en la que estamos... de algo estoy seguro... a la derecha si no le va a temblar el pulso para reprimir y encarcelar a todo aquel que especule y estafe al colectivo... o el gobierno se pone las pilas con este tema o lamentablemente sucumbira por si solo... yo chavista tengo propuestas pero lamantablemente no he sido tomado en cuenta!!! Tic toc...tic toc ... se nos acaba el tiempo...
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