La Gran
Misión Vivienda Venezuela: Reflexiones necesarias en torno a una utopía en
construcción.
“Bendito el
día aquel en que se nos ocurrió lanzar la Gran Misión Vivienda Venezuela,
¡Justicia social!. ¡Esta es la más grande razón de mi vida!”
“el drama de la vivienda” es herencia del
capitalismo, y en ese sentido, no habrá otra vía de solucionarlo que “con
socialismo, y más socialismo”.
Hugo Chávez
Frías
Hacer un balance de la Gran Misión
Vivienda necesariamente nos lleva a repasar las impresionantes cifras de lo que
ha sido este proyecto. El Gobierno Revolucionario ha construido 584.747 viviendas
en 38 meses, lo que equivale a 1 nueva vivienda cada 3 minutos. Haciendo un
cálculo estimado son 2.338.988 personas que hoy día cuentan con una casa digna
y que han sentido la felicidad plena de recibir la llave de su nuevo hogar.
Esto nos pone sobre la mesa el gran esfuerzo operativo que conlleva un plan de
esta magnitud.
Sin embargo el Gobierno
Revolucionario está consciente de las dificultades que implica un proceso de
reubicación masiva de miles de personas, que en su arranque se dirigió a
resolver el problema de la vivienda al sujeto que históricamente fue el más vulnerable de nuestra sociedad. No
perdamos de vista que ese sujeto histórico no solo fue “marginado de la ciudad
formal”, también lo fue del acceso a la educación, a la salud, a una correcta
alimentación, a la cultura; es justo decir que ese fue el caldo de cultivo para
muchos de los problemas sociales que la revolución ha venido combatiendo con
fuerza en estos 15 años.
Recordemos también que la Gran Misión
Vivienda Venezuela nace como respuesta a la vaguada del año 2010 que dejó un
saldo de miles de familias que tuvieron que pasar a un refugio. Vivir en un
refugio es una experiencia extremadamente dolorosa para cualquier ser humano,
para una familia, para la relación de pareja, etc. Vivir en un refugio produce una pérdida de la
autonomía, de la libertad, de la privacidad, de la autoestima. Y estos efectos,
aunque puedan mitigarse, no pueden ser evitados en su totalidad, ni desaparecen
inmediatamente cuando se sale del refugio.
Esto nos lleva a que los sujetos que
pasaron por el refugio para luego ir a los nuevos urbanismos vienen con una
gran carga emocional, se han acostumbrado a cierto grado de asistencialismo,
han desarrollado apego negativo al refugio, al tiempo que también vienen con
fatiga mental y emocional y se les han roto dinámicas básicas de la vida en
comunidad.
Es por esto que
el Gobierno Revolucionario, ha venido profundizando el método de acompañamiento
psicosocial a los nuevos urbanismos, donde el primer objetivo es generar los
espacios de encuentro para fomentar el sentido de comunidad. Esta será la
base sobre la cual se construirán las comunidades de convivencia y productivas
que se irán conformando a medida que se produzca la necesaria concientización y
la evolución de los procesos de arraigo y pertenencia.
Todo ello
implica un proceso orgánico que debe acompañarse de manera estratégica y de
forma científica pero comprendiendo que no hay una receta única y que cada
urbanismo por su composición es un mundo en sí mismo.
En función de
ello se ha desplegado un equipo interinstitucional e interdisciplinario
integrado y formado con una metodología psicosocial especializada en el
acompañamiento comunitario en procesos de reubicación masiva. Esta metodología
tiene como objetivo promover la convivencia en el marco del Vivir Viviendo, la
organización, fortalecimiento del poder popular y la conformación de la
sostenibilidad de cada urbanismo. Para ello junto con el acompañamiento se lleva
a cabo un programa integral de formación que incluye aspectos de convivencia,
mantenimiento de la infraestructura y una clara visión política sustentada en
el Plan de la Patria.
Esta es la etapa
en la que nos encontramos la cual una vez más supondrá un esfuerzo titánico y
sostenido el cual con toda seguridad comenzará a mostrar resultados progresivamente.
Seguimos y seguiremos venciendo.
Por: Rafael Domínguez
@RAFADOMINGUEZF
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